jueves, 4 de enero de 2018

WHIPLASH

En lugar de un libro, esta vez una de cine para docentes: WHIPLASH (2014)




Argumento:

El objetivo de Andrew Neiman (Miles Teller), un joven y ambicioso batería de jazz, es triunfar en el elitista Conservatorio de Música de la Costa Este. Marcado por el fracaso de la carrera literaria de su padre, Andrew alberga sueños de grandeza. Terence Fletcher (J.K. Simmons), profesor conocido tanto por su talento como por sus rigurosos métodos de enseñanza, dirige el mejor conjunto de jazz del Conservatorio. Cuando Fletcher elige a Andrew para formar parte del grupo, la vida del joven cambiará. (FILMAFFINITY)


El tema principal de Whiplash es múltiple. Por una parte, plantea la cuestión de si el fin justifica los medios. O lo que es lo mismo, si es legítimo el uso de la violencia, tanto física como psicológica para lograr un objetivo, en este caso, la excelencia en la interpretación musical. Por otro lado, plantea la cuestión de cuál es el fin de la educación. Debería ser "promover el desarrollo humano en su totalidad"- fin irrenunciable de la educación- pero eso está muy lejos del objetivo de Fletcher, profesor protagonista de Whiplash.

Fletcher explica en una de las escenas que su objetivo es sacar de cada alumno lo mejor de ellos mismos. Para ello no duda en utilizar la intimidación, el insulto, la agresión física incluso. Pero es dudoso que ese sea su objetivo real y último: también busca su propia satisfacción y reconocimiento profesional en los concursos en los que participa con su banda del conservatorio.

Entre Fletcher y Neiman no existe una relación educativa: únicamente existe la intención de triunfar. Y para ello no importa humillar, inspirar terror, basar el éxito en el fracaso de otro. La violencia verbal es constante. Fletcher pretende que sus alumnos vayan más allá de sus propias expectativas, y para ello considera que la violencia es necesaria.

En este caso tenemos delante el dilema del “buen profesor” frente al “profesor bueno”. Fletcher es un profesor "eficaz", pero no es un profesor "bueno". Debería ser un dilema inexistente, pues la calidad moral del docente debería primar siempre y por encima de cualquier otro objetivo.

Otro tema propuesto en Whiplash es el concepto de autoridad, convertido aquí en autoritarismo. La potestad de Fletcher para imponer su autoridad nunca decrece, como debe ocurrir en toda relación pedagógica sana, en la que la potestad deja paso con el tiempo a la autoridad moral.

El concepto de asimetría en la relación educativa está desproporcionado en la película: la vulnerabilidad de Neiman y del resto de los estudiantes está al albur del capricho de Fletcher. Realmente no existe diálogo entre profesor y alumno en ningún momento.

Fletcher debe abandonar el conservatorio cuando es denunciado tras el suicidio de uno de los alumnos. A pesar de ello, mantendrá sus convicciones hasta el final. En uno de los últimos diálogos, Fletcher le dice a Neiman: “No hay dos palabras más dañinas que “buen trabajo”.

La historia da una vuelta de tuerca espectacular en la última escena y deja abierta la discusión sobre la validez del método de Fletcher: Neiman consigue la excelencia en su interpretación a la batería, aunque queda a la opinión del espectador valorar si el precio a pagar es moralmente aceptable o no.

José Ignacio

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